Los 7 Hankido-in

El pasado 2 de junio efectuamos una nueva graduación de Fajas Negras. Los llamados a exámen fueron SIETE HANKIDOIN que con mucho esfuerzo y perseverancia lograron su objetivo, emulando, un poco, a los Siete samurais o a los Siete Magníficos.

Es indudable que el número 7 tiene sus cábalas. Y eso se percibe en ciertas características que hacen que esta promoción de Siete sea diferente.

Hagamos notar que de los siete que se presentaron, solo dos son teenagers. El resto caballeros de tomo y lomo, con muchas obligaciones y responsabilidades. No quiero ofendidos a los mas jóvenes, pues su dedicación también es notada, pero es otro el color del prisma de la vida.

¡Y que bien lo hicieron!

Lo importante es que nuestra Escuela está demostrando con hechos, que el sacrificio, las horas de entrenamiento, los momentos de frustración y la hidalguía son las herramientas necesarias para lograr lo que nos hemos propuesto. No hay nada imposible. Solo debemos querer lograrlo y trabajar lo que sea necesario y más.

Es interesante mirar este punto de vista, pues actualmente se nos exige con mucho rigor el EXITO y ser el MEJOR en toda actividad en la vida. Es un concepto vital para sobrevivir y que indudablemente nos da la capacidad de luchar por lo que queremos a toda costa. Las Artes Marciales no están exentas de estas influencias y derivamos la práctica y la enseñanza a efectos elitístas netamente deportivos que le atrofian a las Artes Marciales su principal seducción y misterio; enseñarnos el Arte de vivir.

El culto al CAMPEONISMO desnaturaliza la enseñanza de las ARTES MARCIALES, haciendo que se desvien de su objetivo, que es la búsqueda del camino que conduce al Florecimiento. Sólo dá una imagen FALSA que no favorece a su expansión, limitandolas a un período de vida cada vez más corto. Año a año, los campeones mueren más jóvenes.

Un Arte Marcial, no puede ser convencional, para poder conservar para si, todo su valor y eficacia. De esta manera, se adquiere estrategia y táctica, dominio y espiritu suficientes para enfrentar cualquier eventualidad en el real combate diario, que es vivir la VIDA.

HAN